Desarraigos
Palabras para A. B. Oterino
Todo conocimiento arranca del principio de curiosidad. Sin él, nuestra historia sería solo zoológica. Seguramente esta curiosidad apareció entre los homínidos por una necesidad material, pero al mismo tiempo "otra" curiosidad ocupó su cerebro: el principio de "conocer más", sin que el destino inmediato fuera la supervivencia. Algo como un "adorno mental" que no consistiría en comer o mandar, sino en proyectar fuera de uno mismo "algo" que era nuestro y de los demás. El arte es una parte de ese proyectarse hacia fuera, que unas veces toma la apariencia de lo netamente mental y otras se enriquece con una referencia emotiva y física. Ya se habla abiertamente de la inteligencia emocional.
Agustín siente ese doble tirón: por un lado aspira expresar su ligamento con lo "otro", y con los otros, como actitud de un socio para con los demás; por otra parte, ese proyectarse cuenta con la pintura como vehículo expresivo. Importa mucho lo que nos dice de sí mismo y su entorno y de otra, "el cómo" lo dice ; apoyándose siempre en una buena forma ,un color vibrante y pastoso ,y un uso del espacio muy básico, casi primario, con la frontalidad constante y con la idea de que sus formas "transitan" cruzando el ámbito del cuadro casi como fantasmas o apariciones. Todo ello con un gran pudor plástico y con una contenida ternura que sobrevuela invisible pero certera la anécdota que se sugiere. Pintura para ser vista despacio, calmosamente, percibiendo en esa calma lo que está delante de nosotros, y lo que el cuadro guarda para sí mismo y “solo” cederá a los que, además de mirar ven.
Antonio Zarco
Catedrático de Bellas Artes
Ahmed
Edad:
45. Sexo: hombre. Nacionalidad: Egipcio. Lengua materna: Árabe. Estudios:
Licenciado en Filología árabe.
Esta
historia trata de un adulto de nacionalidad egipcia que lleva ya tiempo
viviendo en Madrid. Se desenvuelve bien hablando español, y su vida ya está
asentada en la ciudad.
La
conversación que se transcribe se desarrolla en los juzgados de 1ª Instancia,
de Capitán Haya (Madrid), donde nuestro protagonista acude para tramitar su
divorcio y pedir asesoramiento jurídico. Ha trabajado pintando casas, aunque
actualmente busca trabajo como vigilante de seguridad.
El tríptico nos lleva a su
pasado: por un lado, en un paisaje lo vemos como un guía turístico que pasea
con su camello por la playa. Por otro, un paisaje de las Playas de Essouira ilustra el bello lugar donde nació. Y el
presente: en Madrid trabajando como mecánico en un taller de automóviles donde
se gana la vida con un salario medio. Para regresar a casa desde el trabajo
atraviesa la ciudad en bicicleta. Ahora la metrópoli (a veces gris, a veces
fría y a menudo muda) forma parte de su entorno cotidiano
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| El guía de la playa.Óleo sobre lienzo.1,5 x 1,5m |
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| Un hombre trabajando.Óleo sobre lienzo.1,5 x 1,5m |
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